Los detenidos habían llamado durante la madrugada a una casa del barrio San Cayetano y se hicieron pasar por falsos secuestradores. La policía reaccionó rápidamente y con un "cebo" que simulaba ser dinero los aprehendieron.
Martes, 4.23 de la madrugada en una casa del barrio San Cayetano, suena el teléfono. Rubén reacciona y medio dormido atiende. “Hola, hola ¿quién es?” Una pausa de unos segundos y del otro lado de la línea una voz ronca responde: “Tenemos a tu hermana y su hija, danos la plata o le cortamos un dedo y después las matamos“.
Rubén inmediatamente se despabiló y pensó en su hermana, en la amenaza de la amputación del dedo, en la muerte, en el secuestro. “¿Cómo pudo pasar? ¿Esto es real?”, pensó, hasta que fue interrumpido otra vez por la voz ronca: “Dije la plata o le cortamos el dedo”.
Luego, tras una serie de indicaciones, el delincuente del otro lado del teléfono indicó a dónde y cuándo debería llevar una bolsa con dinero, alhajas y objetos de valor.
Rubén no tuvo otra que despertar a su mamá, que dormía en otra habitación. Mientras todavía acomodaba sus ideas, sonó el timbre, era la policía. Un móvil del Comando de Patrullas estaba en la puerta de la casa, ya que un vecino, al ver que las luces se habían prendido durante la madrugada y notar cierto “movimiento extraño”, llamó al 911. Por las dudas, porque en los barrios todavía se cuidan entre todos.
Entre la policía y Rubén entendieron que lo más probable es que se trataba de un secuestro falso así que idearon un rápido plan para poder dar con los delincuentes: en una bolsa de nylon colocaron servilletas de papel para simular billetes.
Rubén, escoltado por policías, colocó la bolsa de nylon con el dinero falso en la esquina pautada de la avenida Alió y San Martín. Luego, un auto estacionó en el lugar y tomó la bolsa. La señal era clara, los falsos secuestradores habían “mordido” el anzuelo y, con el vehículo identificado la policía inició una persecución.
Tras una breve persecución, móviles policiales interceptaron a los sospechosos, los obligaron a bajar del auto, los identificaron y los detuvieron.
Finalmente, como se sospechaba, no había existido el secuestro y los sujetos quedaron detenidos por “extorsión en concurso ideal con estafa”.
Ese 22 de enero, dos hombres intentaron concretar un secuestro virtual en Mar del Plata, una modalidad que preocupa a la Fiscalía de Delitos Económicos ya que se trata de un delito en aumento, con multiplicidad de casos y con poco porcentaje de hechos esclarecidos y detenciones, por sus dificultades investigativas.
El hecho es investigado por el fiscal Javier Pizzo, quien celebró el rápido accionar de los policías del Comando de Patrullas que facilitó la detención de los sospechosos, a quienes ya les tomó declaración indagatoria y fueron excarcelados en los últimos días.
Según explicó el fiscal, el secuestro virtual es un delito muy “difícil” de investigar en el que prácticamente la única manera de detener a los responsables es “in fraganti“, como sucedió en este caso.
Si bien los sujetos fueron excarcelados, se encuentran identificados y continúan siendo investigados.
Una de las hipótesis que manejan los investigadores, es que, detrás de la gran cantidad de casos de secuestro virtual que hay en Mar del Plata hay una banda organizada y con roles definidos que, además, podría operar en otras ciudades cercanas, como Necochea.
Secuestros virtuales y cuentos del tío
Desde la Fiscalía de Delitos Económicos se mostraron preocupados por la cantidad de casos de estafas que hay con la modalidad de “cuento del tío” y secuestros virtuales y, aseguran, que las cifras aumentan año a año.
Entre las características comunes de estas estafas aparece primero la utilización de teléfono fijo por parte de las víctimas, el cual sacan de la guía para saber también la dirección. Además, las víctimas suelen ser personas de avanzada edad, que frecuentemente viven solas y tienen ahorros en sus casas.
En el caso de los secuestros virtuales, el delincuente directamente se presenta como un secuestrador para asistir a la víctima desprevenida. Mientras que en los “cuentos del tío”, las víctimas reciben un llamado de parte de personas que (simulando algún resfrío o problemas del sonido en el teléfono) refieren ser hijos, sobrinos o nietos de la víctima, a quien le dicen que recibieron información bancaria de que los billetes actualmente circulando deben ser cambiados por unos nuevos, por disposición del Banco o del Estado; se está por decretar una devaluación u otra medida económica grave y que hay que comprar (o vender) los dólares en forma urgente; hay que llevar los billetes al banco, por cualquier otro motivo, para cambiarlos por otros billetes o por otra moneda; o cuestiones de ese tipo.
Ante esta falsa situación, el supuesto familiar que llama le dice a la víctima que va a pasar por su domicilio “el contador”, o bien “un empleado del banco”, o bien “un amigo que sabe de estas cosas” para retirar el dinero y que se los entregue a él, indicándole incluso en qué auto va a concurrir y el nombre (obviamente falso) de la persona que irá, o a veces un número clave para que el abuelo recuerde.
Al poco tiempo se presenta la persona indicada, y la víctima hace entrega del dinero, según le había dicho el falso hijo, sobrino o nieto.
Ante la creciente cantidad de estos hechos, la Fiscalía General mientras continúa con la correspondiente tarea investigativa, alerta a las familias y sugiere que se tomen algunas medidas, tales como: